Soy un cigarro común y corriente. Me fabricaron junto a un lote de cientos de cigarros como yo. Como era de esperarse fui exhibido en una bodega. Mis compañeros y yo nos habíamos acostumbrado a estar juntos desde el proceso de envasado hasta ahora, pero teníamos en cuenta que en el lugar de destino también nos venderían por unidad. Mis compañeros iban saliendo uno por uno hasta que me quede solo y el día menos esperado fui vendido a un joven de 24 años. Recuerdo que ese día el sol ya se ocultaba y todo era tranquilidad hasta que me llevaron. Estuve muy incomodo en el bolsillo casi me faltaba el aire, luego Salí a la superficie que por supuesto era mejor, luego el joven me prendió y comenzó a absorber la sustancia que había en mi interior ,el primer contacto fue desagradable ya que de su boca emitía un olor extraño que mezclado con su saliva era desastroso. Él seguía absorbiéndome y casi la mitad de mi cuerpo había desaparecido, solo quedaba una nada y la parte blanca que a nadie le gusta, así fui consumiéndome poco a poco hasta que fui a dar en el piso y fui triturado por unos enormes zapatos. Esta es mi triste historia, hubiera preferido ser tirado a un bote de basura o en un cenicero que terminar triturado.
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